Martessonó mi despertador y yo no podía recordar que día era. y el aparato no paraba. y yo entre dormida y despierta trataba de ordenar mi cerebro para adivinar el día.
entonces pensé: sería cool que fuera domingo.
pero la realidad es otra. y no es una cachetada al ánimo, no me molesta que sea martes. son los miércoles los que me dan pereza.
que rápido que se pasan los días!. mejor que sea martes.