Misahija de un macho pleitero y una hermosa hembra sumisa,
su pasatiempo favorito era meterse en pequeños espacios..
las gavetas del escritorio del cuarto de estudio, y la alacena
donde mi mamá guardaba las latas de garbanzos.
nunca sufrió de claustrofobias o miedo a quedarse encerrada.
recuerdo como disfrutaba su siesta de las cuatro de la tarde,
dos horas dormía, luego despertaba con ganas de jugar.
aruñaba en forma suave, ronroneaba simpática,
se escondía bajo la mesa y luego corría con su cola levantada.
amaba cazar mariposas y libélulas, pero no se las comía,
solo jugaba a capturarlas y sin querer las mataba. los gatos
no tienen conciencia supongo, nunca ví pesar en sus ojos grises.
gustaba de hacer expediciones en la mesa de electrodomésticos,
una vez botó el horno tostador y mi mamá se enfureció. Misa
desapareció un día entero. para regresar en la noche, tímida
y silenciosa. una lata de atún la esperaba en la cocina.
un día se perdió. o al menos así me gusta pensarlo. reconozco
que su sentido de orientación era perfecto, pero prefiero pensar
que se fué buscando un jardín más grande con mariposas y pajarillos.