--¡Ven aquí! --la llamó la Oruga a sus espaldas--.
¡Tengo algo importante que decirte!
Estas palabras sonaban prometedoras, y Alicia dio
otra media vuelta y volvió atrás.
--¡Vigila este mal genio! --sentenció la Oruga.
--¿Es eso todo? --preguntó Alicia, tragándose
la rabia lo mejor que pudo.
--No --dijo la Oruga.
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