el fuego como juegomi primer encuentro con el fuego fué a la tierna edad de cuatro años, cuando logré encender un fósforo por mi cuenta, y solo conseguí quemarme los pulgares.
luego no quise encender las velas si se iba la luz, y tampoco sostener mi farol el 14 de setiembre.
con los años todo cambia, y uno pierde los miedos.pero no la memoria.