los capitalesay, qué pereza da esa gente soberbia, que no se da cuenta de la ira que provoca con esa lujuria de reconocimiento de esas virtudes invisibles por la aceptación de una gula ridícula... ¡qué pecado! como si generaran envidia en alguien más. risible avaricia.
al fin y al cabo todo es igual, seremos todos actores de esta divina comedia, cuyo teatro se supone está dividido en tres escenas.
y algunos se sienten purgados, pero ese dizque paraíso muy en el fondo sigue siendo su infierno.
informé yo, desde el limbo.
* Pereza ~ por Jaime Martins (1899-1970)
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